Uno de los aspectos que más llama la atención en el trading especulativo es las pasiones que despierta en defensores y detractores, y la manera en que cada sector evalúa en términos absolutistas sus características, y en consecuencia, su potencial.
El estigma de la baja tasa de éxito
Si hay algo en lo que coinciden tanto defensores como detractores es que en el trading el 90% de las personas abandonan en los primeros años, y del restante son muy pocos los que logran realmente hacer millones. En principio podría parecer desalentador, hasta que lo comparamos con la mayoría de las actividades que realizamos día a día. La realidad es que la curva de éxito de prácticamente todas las actividades que desarrolla el ser humano caen dentro de una curva similar, en la que los extremos son mucho menores que el grueso de la población.
Por ejemplo, los emprendedores que inician nuevos proyectos tienen más del 85% de probabilidades de fracasar, y muy pocos de ellos logran un crecimiento escalable a niveles extraordinarios. De los millones de aspirantes a deportistas en el mundo, solo el 5% logra desarrollar su disciplina de manera profesional, y la gran mayoría de ellos no obtiene una rentabilidad extraordinaria. Lo mismo pasa con músicos, políticos, escritores, y prácticamente todos los campos que puedas imaginar.
Inclusive quienes desarrollan una carrera corporativa, las posibilidades de acceder a los cargos más altos con remuneraciones altas son extremadamente bajas, estadísticamente hablando.
Siendo así, ¿Por qué en el trading hay una polarización tan fuerte?
La clave está en la manera en que se afronta y se visualiza el trading. Volviendo a los ejemplos anteriores, ni el deportista, ni el músico, ni el emprendedor ni cualquiera de los mencionados hace lo que hace con la única finalidad de hacerse millonario. Evidentemente, puede ser parte del objetivo, pero la razón fundamental es que les gusta lo que hacen y son buenos en ello.
El trading, por como es percibido y mercadeado, tiende a perder el foco en el proceso y centrarlo en lo monetario. Quienes lo defienden (o venden productos asociados a éste) basan sus estrategias en mostrar crecimientos de cartera increíbles y prometiendo – directa o indirectamente – grandes ganancias en períodos relativamente cortos. Los opositores no lo ven como una profesión, sino como una estafa de unos pocos para quitarle dinero a muchos.
La realidad es que en el medio está una gran cantidad de personas que trabaja día a día por desarrollar una metodología y unos hábitos replicables y consistentes, para generar estadísticas favorables que – eventualmente – les producirán dividendos mayores que otras profesiones. Pero la única manera de mantenerse en el juego es si amas el proceso, te gusta estudiar el mercado, te emociona identificar patrones y las posibilidades que ofrecen, quieres aprender de la psicología del trading y te motiva más el “trading pasivo” (fuera de las horas de mercado) que la dinámica de poner y quitar órdenes. Son los que sólo lo ven como un mecanismo para generar ganancias quienes primero quedan fuera del juego.
Los Messi
Una vez comienzas a involucrarte en el mundo del trading, vas identificando una cantidad exorbitante de información y programas de todo tipo, con toda clase de propuestas.
Sigues cuentas de redes sociales en las que los gurús postean fotos de viajes, autos deportivos, torres de dinero, y una vida de lujo y excentricidades. También observas videos de operaciones en las que hacen el 50% de su dinero en minutos, con una facilidad impresionante.

Es muy difícil no perder el foco con tanta información, y desviarte del objetivo principal. Como en todas las profesiones, hay personas extraordinarias que por conocimientos, experiencia, habilidades individuales e inclusive algo de suerte en el momento adecuado, logran hacer millones en el day trading, y su exposición en redes puede crear la falsa idea de que llegaron hasta ahí rápidamente y sin esfuerzo.
Sin embargo, detrás de ellos hay muchísimas horas de trabajo y estudio, muchas cuentas “quemadas” y sacrificios. Solo que lo que proyectan ahora es el éxito.
También están los que venden “humo” y se amparan en resultados falsos, insostenibles o no replicables, por lo que es muy importante estudiar bien y asesorarse para poder separar “el trigo de la paja”.
La realidad del trading
La realidad es que, técnicamente, el trading es bastante fácil, en proporción a los beneficios que puede ofrecer. Al final cada quien lo complica hasta donde quiere, pero fundamentalmente se trata de estudiar patrones que se repiten con frecuencia y que ofrecen una ventaja estadística favorable para generar ganancias. A eso se suma el establecimiento de una relación riesgo recompensa de 2 a 1 al menos y un manejo disciplinado del riesgo.
Comparativamente con otras actividades, el nivel de experticia técnico, de inteligencia o de habilidades extraordinarias requeridas para sobresalir en el trading es mínimo. De hecho, una de las cosas más llamativas es que prácticamente cualquiera puede entender en un plazo medianamente corto los fundamentos necesarios para empezar a operar con ganancias.
The Catch
Evidentemente, si fuera así de fácil todos ganarían dinero en el trading. La trampa o “the catch”, es el trader en sí mismo. El trader es el elemento más débil entre todos los eslabones que integran el sistema, y por ser el ejecutor es el que más influencia tiene en los resultados.
Elder menciona que el trading es como una mesa de tres patas: el capital, el método y las emociones (o la psicología del trader). De éstos, sin lugar a dudas el más difícil de dominar es el tercero, razón por la que la mayoría de los traders fracasa.
El manejo de las emociones, la disciplina, el razonamiento analítico y la capacidad de desarrollar el “self awareness” son cualidades imprescindibles en las que todo trader que desee ser profesional debe trabajar día a día. Son éstos elementos los que marcan la diferencia entre los que tienen éxito y los que no. Y lamentablemente, son los que más trabajo toma dominar porque implica un nivel de auto evaluación, humildad y determinación que es difícil alcanzar, pero es clave para cualquier trader profesional.
Sé autosuficiente
Es fundamental en el trading aprender a poner en perspectiva el contexto. La finalidad de un trader profesional es ser consistente con una metodología que se adapte a su personalidad. Debes apuntar a ser autosuficiente, tanto en la aplicación del método como en la evaluación de tus operaciones y tu comportamiento. Esto no significa que no debas apoyarte en un mentor – de hecho es altamente recomendable – pero sabiendo que su finalidad no es decirte que hacer, sino enseñarte a identificarlo por ti mismo.
De la misma manera, aún cuando es importantisimo alimentarse del entorno, lo que publican otros, sus ejecuciones, videos y opiniones, al final del día lo único importante es como ejecutas tu metodología y cuales son tus resultados. Hay mucho ruido alrededor que puede hacerte dudar de tus capacidades, compárate con otros, poner en duda tu metodología o inclusive cuestionarte si el trading es para ti, porque no logras lo que otros – según lo que dicen – sí.

Enfócate en ti mismo, toma lo positivo de todo lo que hay en el medio y desecha lo negativo. No analices los profits de terceros, observa sus procesos y adapta lo que te sirva. Al final del día todos los traders compiten entre sí, y la mayor competencia es contra si mismos. Trabaja hasta que tu confianza y tus resultados estén alineados, a partir de allí, las ganancias vendrán solas.
¿Es el trading para ti?
Si estás leyendo este blog es porque te interesa el mercado, en particular el mercado especulativo del day trading de small caps. La pregunta que debes hacerte antes de continuar es si realmente te gusta el trabajo que implica desarrollar una profesión en este rubro. Inclusive quienes tienen tiempo operando en el mercado, tienden a olvidar este elemento fundamental y desviarse de las metas importantes que les diferenciarán de los apostadores y los “amateurs”.
Esta es una profesión, que a diferencia de la mayoría, puede ofrecerte independencia, libertad financiera, flexibilidad y una rentabilidad inimaginable. Pero no deja de ser una profesión, con todos los sacrificios, la dedicación y la curva de aprendizaje que todas requieren.
Si lo entiendes así, estás en el lugar correcto, y el mercado te lo recompensará.

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